jueves, 14 de diciembre de 2006

La libertad de la soledad



Por regla general solemos comentar nuestras vivencias moteras después de una concetración, kdd. etc., pero rara veces las que vivimos durante un largo viaje sólos, en moto.

Una de éstas por ejemplo fue mi regreso a Madrid desde Cádiz después de visitar tierras de Marruecos con entrañables amigos. Y aunque el regreso fue un poco largo y pesado porque ansiaba llegar a casa, si que tuvo su parte emotiva.

Sentía con gran placer la soledad de rodar sólo, soledad que me hacía sentirme libre.

Libre para pararme en el arcén que me apetecía y fumarme un purito sentado sobre un asesino que estaba ansioso por dar cuenta de mí, pero que en ese momento lo tenía bajo mis posaderas y le decía: espero que pronto den cuenta de ti y todos los de tu calaña, os fundan y sirvais para llaveros.

¡¡Ah!! y que placer encontrar un riachuelo con un pequeño prado y con la libertad de tu soledad te diriges a él y tranquilamente das cuenta de un bocata y después ¿qué tal una tumbadita sobre la hierba? ¡corta, eh!... vaaale y con la vista perdida darle un repaso a los recuerdos de Marruecos y los amigos que me acompañaron, las anécdotas, etc. y con la sonrisa aún pintada en la cara, te subes a tu compañera de viaje y sigues ruta...

Hasta que la libertad de tu soledad te invita a otra experiencia.

3 comentarios:

Garval dijo...

Casi me sorprendo al comprobar que no ha habido comentarios a tu texto. ¿Será que lo ha leído muy poca gente? ¿O acaso el lo lee cree que es intrascedente?
Pero lo pienso mejor y me doy cuenta de lo que ocurre. Lo que expresas es tan directo y limpio como la libertad misma, no hacen falta más palabras para que todos nos sintamos identificados con la sensación que describes. No caben más comentarios, aclaraciones ni rectificaciones.
No es desinterés, sino respeto por lo dicho. No es necesario añadir mas.

spauser dijo...

Como comercial que soy, y para más DEP trabajando en el extranjero, el tema de la soledad lo tengo bastante manido... y sé cómo disfrutarlo.

Por tanto sé a qué te refieres. Es una libertad muy especial, aquella en la que no es fácil encontrar el equilibrio entre cuándo solo y cuándo acompañado... muhcas veces me voy para el lado solitario.

¿Sabéis? Es la opción cómoda para mí. No tanto por la libertad de ejecución sino por la liebrtad espiritual: saber que no rindes cuentas a nadie aporta una sensación inigualable por nada. Al menos para mí.

Por diversas circunstancias ahora mismo ando como un lobo solitario por los caminos de la vida, y tampoco es fácil saber disfrutar de ello... no cambio el tema, vuelvo al origen de Antonio.

La última vez que disfruté de la soledad fue el jueves pasado. Duró unos 30 minutos, no más. Volvía de Valencia y debo reconocer que no estaba en las mejroes condiciones para llevar la moto. Eran las 5 de la mañana. Parecía que la moto iba sola... mis pensamientos y mi mente en un sitio muy lejano de donde mi cuerpo y mi inconsciente me llevaban. Espiritual total. No pensé en nada en concreto, fue como entrar en estado de trance total, en un limbo que te envuelve y simplemente te encuentras a gusto. Místico.

Tal vez haya ido demasiado lejos interpretando este texto y comentarios, tal vez. Pero así lo he entendido yo: experiencias en solitario y su disfrute. Así ha sido mi última vez.

La próxima pongo una más "terrenal"

Cóndor dijo...

Me gusta tanto la soledad como la buena compañía.
Pienso que el saber disfrutar en soledad de un pedazo de naturaleza o de una afición no es algo que pueda hacer cualquiera, es más, a veces me siento privilegiado por poder y saber hacerlo.
Cai, me senti identificado cuando te leí como otros muchos supongo, pero yo quise quedar constancia de ello.
Saludos. --J. Carlos.